La crisis climática ha puesto al plátano en riesgo, según el informe Going Bananas de Christian Aid. El estudio advierte que casi dos tercios de las zonas de cultivo de banano en América Latina y el Caribe podrían volverse inadecuadas para su producción en menos de 60 años, afectando a más de 400 millones de personas que dependen de esta fruta como parte esencial de su dieta diaria.
El plátano, considerado el cuarto cultivo alimentario más importante del mundo, enfrenta reducciones de rendimiento debido al aumento de temperaturas, plagas y enfermedades como la hoja negra y el hongo fusarium raza tropical 4. Estos desafíos impactan especialmente a pequeños productores en países como Guatemala, Costa Rica y Colombia, donde los eventos climáticos extremos han afectado severamente las plantaciones.
El monocultivo de la variedad Cavendish, dominante en la exportación pero con escasa diversidad genética, agrava la vulnerabilidad de la producción global. Expertos destacan la necesidad urgente de diversificar cultivos y adoptar prácticas agrícolas resilientes.
La responsabilidad recae ahora en gobiernos, empresas y consumidores para impulsar inversiones en resiliencia climática, investigación agrícola y comercio justo. Organizaciones como Christian Aid insisten en que los países más contaminantes deben liderar los esfuerzos de financiamiento y cooperación internacional para proteger la seguridad alimentaria y el sustento de millones de familias rurales.
El llamado a la acción es claro: salvar al plátano es proteger ecosistemas, economías locales y el derecho a la alimentación en las regiones más vulnerables del planeta.