Museo Internacional del Barroco
Aunque su diseño es japonés, el Museo Internacional del Barroco también es mérito de una empresa mexicana, CEMEX. La cementera hizo posible, mediante una innovadora técnica, la edificación de una de las obras más conocidas en Puebla y en el resto del país.
Hasta 702 fragmentos curvos de concreto blanco, de entre 18 y 25 metros, 50 muros y una extensión de 18 mil 150 metros cuadrados distribuidos en dos niveles, conforman ahora el Museo Internacional del Barroco, ubicado en la poblana Reserva Territorial Atlixcáyotl.
“Lo que estás viendo en el Museo son piezas que se hicieron con una capa de concreto blanco exterior, una capa de concreto blanco interior y al centro estaba hueco; ese relleno se hizo en obra”, explicó Rafael Barona, arquitecto de DANSTEK, el despacho encargado de la construcción.
No sólo el japonés Toyo Ito, reconocido en 2013 con el máximo galardón de la arquitectura, el Premio Pritzker, está detrás de este hito urbanístico; también CEMEX, una de las empresas mexicanas más reconocidas con presencia en más de 50 países.
Pero, ¿cómo construir un gigantesco edificio curvo? Desde cero. La cementera y el despacho de diseño acordaron crear piezas prefabricadas curvas y desarrollar un concreto especial gris autocompactable que rellenaría cada una de ellas con el fin de respetar al máximo la idea de Toyo Ito. Esta técnica consiguió no sólo la ejecución magistral del museo, sino la reducción del tiempo estimado de desarrollo en un 48 por ciento, el ahorro del uso de cimbra y la economización de un 40 por ciento de concreto.
En sólo 27 semanas, y con la ayuda de 10 grúas, el Museo Internacional del Barroco era una realidad. “La mezcla que obtuvimos con CEMEX funcionó a la perfección y se logró homogeneidad en el concreto: es un concreto súper especial que nunca habían hecho, porque nunca se habían topado con una cimbra de concreto que además fuera del acabado del edificio”, felicitó Barona.
“El cien por ciento de la estructura está hecha, creada y resuelta en México, con un diseño japonés, ejecución 100 por ciento mexicana, y con una calidad de primera”.