Qué se discutió en la COP24
ONU
Cerca de 100 ministros concluyeron las negociaciones de la 24 Conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio climático, también conocida como COP24 en la ciudad polaca de Katowice. ¿La meta? Diseñar un plan conjunto y concreto para cumplir con el histórico Acuerdo de París de aquí a mediados de siglo. Mucho está en juego y los puntos de tensión son numerosos.
“No podemos fallar en Katowice”, dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres durante la ceremonia de apertura el pasado 3 de diciembre. Un sentimiento del que se hizo eco el presidente de la COP24, Michał Kurtyka, quien dijo que “sin éxito en Katowice, París no será un éxito”.
Hace tres años, los países acordaron en la capital francesa hacer todo lo posible para mantener el aumento de la temperatura global muy por debajo de 2°C en comparación con los niveles preindustriales, y lo más cerca posible de 1,5 ° C.
Ahora, en Polonia, dado que 2018 fue elegido por las propias partes como el plazo para la adopción de las directrices de implementación o el “programa de trabajo”, las 197 partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (CMNUCC) se reunieron para acordar cómo lograrán los compromisos colectivos que darán vida al Acuerdo de 2015.
“Algunos podrían decir que será una negociación difícil. Sé que no es fácil. Requiere una firme voluntad política para comprometerse. Pero, para mí, lo que es realmente difícil es ser un pescador en Kiribati que ve a su país en riesgo de desaparecer o un agricultor o pastor en el Sahel que pierde sus medios de vida y pierde la paz; o ser mujer en Dominica o en cualquier otra nación caribeña que sufra un huracán que destruya todo a su paso “
aseguró António Guterres. Históricamente, las negociaciones multilaterales sobre el clima han sido difíciles, ya que los países a menudo intentan proteger sus intereses nacionales, incluidos los económicos.
Es por ello por lo que los compromisos asumidos en París fueron calificados como innovadores de muchas maneras. Además del objetivo de mantener la temperatura entre 2°C y 1,5°C, el acuerdo incluye compromisos para aumentar la financiación en la lucha contra el cambio climático, entre ellos la de los países industrializados a los países en desarrollo; desarrollar planes nacionales sobre el clima para 2020, con metas y objetivos autodeterminados; proteger los ecosistemas, incluidos los bosques; y fortalecer la adaptación y reducir la vulnerabilidad al cambio climático.
Llegar a un acuerdo sobre cómo hacer que todo lo anterior suceda es un asunto de política y técnicamente complejo que a veces encuentra obstáculos con la variedad de realidades locales, las categorizaciones de los países, las preguntas sobre el peso de la ciencia, los problemas de dinero y, en última instancia, pone en duda una muy complicada noción: la confianza entre las naciones.
Un objetivo común, pero diferentes partes y realidades.
El primer punto de tensión es que algunos países sienten la necesidad de una actuar contra este fenómeno más agudamente que otros. Se trata del caso de las pequeñas naciones insulares, por ejemplo, y áreas como el Sahel o las regiones polares.
Además, se considera que los países industrializados se han beneficiado durante décadas de una economía que no tenía límites en las emisiones de gases de efecto invernadero, y que, por lo tanto, deberían ser los más comprometidos en el esfuerzo mundial para revertir la tendencia. Otros sostienen que algunas naciones actualmente en desarrollo tienen ahora emisiones récord y que la responsabilidad debería recaer en ellas en mayor medida.
El Acuerdo de París logró un delicado equilibrio para unir a todos los países. Todos los Estados han reconocido que el cambio climático es un problema planetario que requiere una respuesta mundial, y todos han demostrado la voluntad de contribuir a los esfuerzos colectivos de acción, como lo demuestra el hecho de que hasta la fecha hayan sido presentados ante la ONU 181 planes nacionales con metas concretas.
Sin embargo, como los países enfrentan realidades diferentes, con diversos niveles de desarrollo económico y social, los compromisos y obligaciones de las 197 partes deben diferenciarse. Especialmente cuando se trata de la financiación. A esto se le denomina “una responsabilidad común pero diferenciada”.
En la COP24, gran parte de la discusión se centra en cómo acomodar y manejar estas realidades diferentes de manera justa para todas las partes mientras se despliegan objetivos más ambiciosos.
No tenemos tiempo para negociaciones ilimitadas.
Todo se reduce a la confianza entre las naciones, un elemento importante que sólo puede construirse si existen medidas de transparencia tangibles.
“No tenemos tiempo para negociaciones ilimitadas. Un programa de trabajo completo aprovechará el potencial del Acuerdo de París, construirá confianza y dejará en claro que los países son serios en cuanto a abordar el cambio climático”,
enfatizó el Secretario General de la ONU, António Guterres.
Lo que se espera
“Quedan muchas divisiones políticas. Aún quedan muchos problemas por resolver “, dijo la jefa de la Secretaría de la CMNUCC, Patricia Espinosa.
“Pero creo que está a nuestro alcance terminar el trabajo”, añadió con optimismo a las docenas de líderes mundiales reunidos frente a ella.