Requiere el campo mexicano una visión más empresarial si desea cumplir con metas como la autosuficiencia alimentaria
El análisis de la situación alimentaria en México sugiere que, para lograr la autosuficiencia alimentaria y mejorar la producción de productos básicos, es fundamental adoptar una visión empresarial más amplia y comprometida. Esto implica no solo que las autoridades y los productores reconozcan la importancia de esta meta, sino que también se necesite un esfuerzo coordinado para la implementación de estrategias efectivas.
La capacitación de los productores es un aspecto clave, tal como lo señala Pablo Saravia. Esto incluye la formación en técnicas agrícolas modernas, gestión empresarial y el uso de tecnologías avanzadas que pueden optimizar la producción y asegurar una mayor eficiencia. Además, la adopción de prácticas sostenibles es esencial para preservar los recursos naturales y contribuir a la seguridad alimentaria a largo plazo.
Asimismo, es necesario que las políticas públicas no solo se enfoquen en la intervención inmediata, sino también en la creación de un entorno propicio para el desarrollo del sector agrícola. Esto puede incluir incentivos para la innovación tecnológica, la promoción de asociaciones entre productores y comercializadores, y el apoyo a la investigación y desarrollo en el sector agroalimentario.
Por último, la colaboración entre el gobierno, el sector privado y las organizaciones internacionales, como la FAO, puede facilitar la implementación de estrategias coherentes y sostenibles que fomenten la productividad y ayuden a México a avanzar hacia la autosuficiencia alimentaria.
Durante su participación en el marco de las conferencias del Foro Internacional Agroindustrial, organizado por la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Saravia dijo que es necesario además fortalecer las políticas fiscales y crediticias de los productores del campo.
Advirtió que México tiene un actualmente un total de 46.8 millones de personas en pobreza y de ellos 9.1 millones sufren hambre crónica y 23.4 viven en insuficiencia alimentaria, además de que 4.4 millones de hectáreas producen alimentos que nunca van a ser consumidos.
Por la mañana, durante el ciclo de conferencias del FIA, Elsa Gutiérrez Cortés, catedrática de la Facultad de Estudios Superiores de Cuautitlán de la UNAM, habló sobre cuatro productos de alta producción en México, que tienen un considerable potencial de producción adicional con sus residuos como son el cempasúchil, el nopal, el amaranto y el tamarindo.
Durante su exposición Valor Agregado para la Producción Primaria con Fines Agroindustriales, hizo énfasis en la necesidad de que haya inversionistas que vean las ventajas en materia de salud, comercio, la generación de empleo y potencial exportación de estos productos para convertirlos en un considerable negocio.
Es necesario impulsar el conocimiento de estos productos, su potencial al deshidratarlos, lo que permita hacerles mercadotécnica y promover su uso para generar alternativas de inversión, producción y comercialización, como lo han hecho incluso naciones asiáticas con productos de origen mexicano y que les ha permitido generar millones de dólares en ganancias.
Por otra parte, durante el panel Establecimientos TIF Agroindustria con Alto Valor Agregado, los participantes hicieron hincapié en la necesidad de que la totalidad de los rastros en México pasen a formar parte de la cadena Tipo Inspección Federal o bien procuren seguir una normatividad allegada a la que rige a los establecimientos TIF.
En México, se ha destacado la importancia de la certificación de la carne y la inocuidad de los productos alimenticios. Según Alonso Fernández, presidente de la Asociación Nacional de Establecimientos Tipo Inspección Federal, aproximadamente el 60% de la carne consumida en el país cuenta con certificación, lo que evidencia la necesidad de fortalecer las normas en este ámbito.
Mildred Eurídice Villanueva, presidenta de la Organización de Certificación de Establecimientos TIF, propuso establecer una normatividad que permita a los rastros municipales cumplir con determinados estándares de sanidad, similares a los aplicados a los rastros Tipo Inspección Federal.
Por otro lado, Isaac Pavón, consejero nacional de la Rama 14 de Canacintra, subrayó un desafío importante: solo el 2% de los rastros en el país gestiona adecuadamente los afluentes residuales, lo que pone de manifiesto la necesidad de mejorar las prácticas de manejo ambiental en estas instalaciones.
Estas declaraciones reflejan una preocupación por la salubridad y sostenibilidad en la industria de la carne, resaltando la necesidad de una regulación más estricta y de cumplir con los estándares de sanidad para garantizar la calidad e inocuidad de los productos cárnicos en México.