Mitos y realidades de la termovalorización

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Mitos y realidades de la termovalorización

A nivel mundial, Veolia cuenta con 63 plantas equipadas con diferentes tecnologías para la valorización de residuos en el mundo. Francia fue el primer país en el que la compañía implementó este tipo de soluciones a principios de 1990, mientras que Reino Unido y España tienen plantas de termovalorización con capacidades de hasta 3,000 toneladas diarias

El cambio climático ya está en marcha. Se prevé que para el 2022 el mundo tendrá emisiones suficientes para superar los dos grados centígrados de calor1, hasta obtener una vez más el título del año más caluroso, como sucedió en 20162 . Un tercio de las emisiones mencionadas se producirán en las ciudades, lo que las convierte en actores clave para encontrar una solución. Por ello, es importante cumplir con la meta del Acuerdo de París.

Mitos y realidades sobre esta innovadora técnica para la gestión de los residuos

Mito Realidad

La termovalorización no es otra cosa que incinerar la basura

La termovalorización descompone los residuos inorgánicos a través del calor, que se traduce en un proceso de alimentación continua de basura, favorable para el medio ambiente ya que genera bajas emisiones de CO2 y otorga beneficios directos a la salud de las personas. Lo que podría suponer la disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y respiratorias como la neumonía, bronquitis y asma. (OMS). Además, el vapor proveniente de su descomposición se utiliza para la generación de energía eléctrica.
La incineración de basura genera elevados niveles de emisiones La termovalorización a diferencia de la incineración consiste en un proceso de alimentación continua de basura, con combustión controlada, recuperación de energía y bajo nivel de emisiones. Las Plantas de este tipo deben contar con sistemas rigurosos de control de emisiones que cumplen con la normatividad ambiental del país.
La tecnología de termovalorización libera dioxinas tóxicas para la salud humana Para evitar la liberación de sustancias tóxicas, una de las fases del tratamiento de los residuos en la termovalorización consiste en el lavado y filtración de los gases producidos, de esta manera se impide que dioxinas o furanos, compuestos aromáticos tóxicos, se emitan al ambiente.
Una Planta de termovalorización afectará a los ecosistemas locales Las Plantas de este tipo deben respetar el medioambiente y cumplir con estándares nacionales e internacionales de calidad medioambiental
La termovalorización causa serias afectaciones a la salud, incluyendo cáncer El Instituto de Medicina Preventiva de la Universidad de Lisboa encontró que la termovalorización de residuos “en los residentes cercanos a la planta no tuvo afectaciones en los niveles de sangre ni presencia de dioxinas”.3 El Comité del Reino Unido de Cancerología encontró que “cualquier riesgo potencial de cáncer debido a la proximidad con las plantas de termovalorización de residuos sólidos municipales estaba demasiado baja y probablemente no puede medirse ni con la más moderna técnica epidemiológica”.4 El Consejo Asesor Científico de la Asociación Médica Federal de Alemania, entre sus hallazgos encontraron que las emisiones de estas instalaciones para todos los contaminantes caen en la actualidad muy por debajo del límite establecido en los Valores del 17º Norma Federal Alemana de Control de Emisiones (BImSchV, German Federal Emission Control Ordinance).5 El IFEU Instituto de Investigación de Energía y Medio Ambiente (The Institute for Energy and Environmental Research) encontró que menos de la mitad de todas las Plantas de termovalorización de Alemania tienen una cifra que no implica afectaciones a la salud. (0.01 y 0.01 ng TU por metro cúbico de aire de escape para la dioxina).6
1 Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zurich (ETH Zurich), Suiza. 2015.
2 Organización Mundial de la Salud (OMS). 2017
3 http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/
4 http://www.iacoc.org.uk/statements/
5 http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1352231015300753
6 http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1352231015300753

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