¿Qué es la neurodiversidad y qué grupos la componen?

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La neurodiversidad ha sido un tema candente en los últimos años, y con razón. Desafía la noción tradicional de lo que se considera “normal” en lo que respecta al funcionamiento del cerebro y el comportamiento. Pero, ¿qué es exactamente la neurodiversidad? ¿Y quiénes son los grupos que se engloban bajo este término?

Entre el 10% y el 20% de la población mundial se considera neurodivergente, según un estudio de la empresa de consultoría y auditoría Deloitte. El término reconoce el hecho de que ciertos trastornos del desarrollo son variaciones normales del cerebro.

¿Qué es la neurodiversidad?

El término “neurodiversidad” fue acuñado a finales de los años 90 por Judy Singer, defensora de los derechos de los autistas. Se refiere a la variación natural del funcionamiento del cerebro humano y subraya el valor de esta diversidad. En la actualidad, la neurodiversidad se utiliza para referirse a todo tipo de diferencias en el funcionamiento del cerebro, como por ejemplo

Autismo

El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por déficits de comunicación social y patrones de comportamiento, intereses o actividades restringidos y repetitivos. Las personas con TEA suelen tener dificultades para la interacción social y la comunicación, y pueden ser demasiado sensibles a los estímulos sensoriales.

El TEA es un diagnóstico relativamente nuevo, ya que los primeros criterios diagnósticos oficiales se publicaron en 1980. Sin embargo, se ha observado que el TEA se da a lo largo de la historia y en todas las culturas. Se calcula que la prevalencia del TEA es de 1 de cada 59 niños en Estados Unidos. Los varones tienen cuatro veces más probabilidades de ser diagnosticados de TEA que las mujeres.

No existe una única causa del TEA. Más bien se cree que está causado por una combinación de factores genéticos y ambientales. Algunas personas con TEA también padecen otras enfermedades, como ansiedad, depresión o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

El TEA no tiene cura, pero la intervención y el apoyo tempranos pueden marcar una gran diferencia en la vida de los afectados. El tratamiento suele centrarse en mejorar las habilidades sociales y la comunicación, así como en reducir los comportamientos problemáticos. El análisis conductual aplicado (ABA) es un tipo de intervención que ha demostrado su eficacia en algunas personas con TEA.

TDAH

No existe un único diagnóstico o experiencia de “neurodiversidad”. El término neurodiversidad engloba una amplia gama de afecciones neurológicas, entre las que se incluyen: el trastorno del espectro autista, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el síndrome de Tourette, la dislexia y la parálisis cerebral.

Cada una de estas afecciones se caracteriza por diferencias en el funcionamiento del cerebro. Estas diferencias pueden afectar al comportamiento, las interacciones sociales y la capacidad de aprendizaje de una persona. Mientras que algunas personas con trastornos neurodivergentes pueden necesitar apoyo adicional para desarrollar todo su potencial, otras pueden sobresalir en áreas que requieren un pensamiento innovador.

El término “neurodiversidad” fue acuñado a principios de la década de 1990 por Judy Singer, activista por los derechos de los autistas, como una forma de replantear la diferencia como algo que debe celebrarse en lugar de patologizarse. Desde entonces, el movimiento de la neurodiversidad ha cobrado impulso, aumentando la concienciación y la comprensión de las afecciones neurológicas al tiempo que lucha por los derechos de quienes viven con ellas.

Esquizofrenia

La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que afecta a la forma de pensar, sentir y comportarse de una persona. Se caracteriza por la dificultad para distinguir la realidad de la fantasía y puede causar delirios, alucinaciones, dificultad para concentrarse, falta de motivación y retraimiento social. Los síntomas pueden variar en gravedad, pero suelen incluir paranoia, desorganización del pensamiento y el habla, disminución de la expresión emocional y movimientos físicos como balancearse o pasearse. El tratamiento suele incluir medicación para reducir los síntomas y terapia para ayudar a la persona a controlar el trastorno.

Bipolar

El trastorno bipolar, también conocido como enfermedad maníaco-depresiva, es un trastorno cerebral que provoca cambios inusuales en el estado de ánimo, la energía, los niveles de actividad y la capacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas.

Los síntomas del trastorno bipolar pueden ser graves. Pueden incluir periodos de energía inusualmente alta (lo que se conoce como manía) y de energía inusualmente baja (lo que se conoce como depresión). Durante un episodio maníaco, una persona puede sentirse anormalmente feliz o irritable. Durante un episodio depresivo, la persona puede sentirse triste o desesperanzada.

Los síntomas del trastorno bipolar pueden causar problemas en el trabajo, los estudios y las relaciones. El trastorno bipolar suele ser hereditario, pero no está claro en qué medida se debe a los genes y en qué medida a otros factores.

Hay distintos tipos de trastorno bipolar. El tipo más común se denomina trastorno bipolar I. El trastorno bipolar II es menos grave que el bipolar I. El trastorno ciclotímico (también llamado ciclotimia) es una forma más leve de trastorno bipolar.

Dislexia

La dislexia es un trastorno común del aprendizaje que causa dificultades para leer, escribir y deletrear. Se cree que está causada por diferencias en la forma en que el cerebro procesa la información. Las personas con dislexia suelen tener problemas para descomponer las palabras en sus sonidos individuales (conciencia fonémica), formar imágenes mentales de las palabras (memoria visual) y relacionar las letras con los patrones de sonido (descodificación).

La gravedad de la dislexia puede variar mucho de una persona a otra. Algunos individuos pueden tener sólo dificultades leves para leer, mientras que otros pueden ser incapaces de leer en absoluto. La dislexia también puede afectar a otros aspectos de la vida de una persona, como la confianza en sí misma y el rendimiento académico.

El tratamiento de la dislexia suele incluir tutorías especializadas o programas de recuperación centrados en las áreas más afectadas por el trastorno (por ejemplo, la conciencia fonémica y la descodificación). Otras intervenciones pueden incluir tecnología de apoyo, adaptaciones en el aula y/o apoyo socioemocional. Con el apoyo adecuado, las personas con dislexia pueden llevar una vida satisfactoria.

Síndrome de Tourette

El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico que provoca tics físicos y vocales repentinos, incontrolables y repetitivos. Esto puede incluir parpadeos, sacudidas de cabeza, encogimiento de hombros, muecas faciales y estallidos vocales. Los síntomas suelen comenzar en la infancia, entre los 5 y los 10 años, y pueden variar de leves a graves. Actualmente no existe cura para el síndrome de Tourette, pero los tratamientos pueden ayudar a controlar los síntomas y reducir su impacto en la vida cotidiana. Estos tratamientos incluyen medicamentos como antidepresivos o antipsicóticos, terapia cognitivo-conductual (TCC), cirugía de estimulación cerebral profunda, técnicas de biorretroalimentación y técnicas de relajación como yoga o meditación de atención plena.

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