Más allá de la guerras comerciales… lo necesario es reinventar la cadena de suministro
La disputa comercial entre Estados Unidos y China ha sido una llamada de atención en las salas de juntas de todo el mundo. A medida que las empresas se esfuerzan por evitar las presiones de costos, a corto plazo, ocasionadas por una guerra comercial, muchas están considerando ahora una oportunidad mayor: la de rediseñar sus cadenas de suministro para el futuro. La construcción de una red de operaciones más flexible puede ayudar a las empresas a adaptarse a los rápidos cambios en las expectativas de los clientes y a protegerse contra futuros riesgos geopolíticos.
El impacto de los aranceles es una seria preocupación. Por ejemplo, implica unos 70.000 millones de dólares, en costos adicionales, para las importaciones chinas a Estados Unidos; y unos 20.000 millones de dólares para las estadounidenses a China. Los productos electrónicos representan una cuarta parte de los bienes afectados por los aranceles, y los fabricantes industriales afectados, representan el 20%.
Una reciente encuesta de Bain & Company muestra que el 60% de las multinacionales estadounidenses con proveedores u operaciones en China esperan un impacto negativo de los aranceles. De ellos, cerca del 40% prevén un aumento de más del 5% en los costos, y otro 40% prevé un aumento del 3% al 4%. Es importante destacar que el 50% de todos los encuestados dijeron que una cadena de suministro más flexible podría haber ayudado a mitigar el impacto de las tarifas (véase la siguiente gráfica).
Los movimientos tácticos, a corto plazo, pueden ayudar a limitar el impacto potencial. Por ejemplo, los equipos directivos pueden buscar nuevos proveedores de materias primas y así cubrir esos costos; trasladar la fabricación por contrato a una región diferente o reestructurar sus procesos de producción en todo el mundo. En ese sentido, es importante mencionar que en una reciente encuesta de Bain, el 25% de los ejecutivos corporativos dijeron que estaban redirigiendo sus inversiones fuera de China y el 42% dijo que esperaba obtener materiales de una región diferente en el próximo año.
Pero el desafío estratégico a largo plazo es conseguir que las cadenas de suministro sean adecuadas para el futuro. Es un complicado acto de equilibrio. En la actualidad, los niveles salariales en China son 20 veces superiores a los de 1992, lo que impulsa a otros países en desarrollo, a la fabricación de bajo costo y hace que la producción automatizada sea más atractiva que en el pasado. China también está empezando a fabricar productos y servicios de mayor valor, y su productividad laboral ha aumentado en un 16% anual en los últimos 10 años.
Al mismo tiempo, los rápidos cambios en las preferencias de los consumidores están haciendo que las extensas cadenas de suministro sean costosas, complejas y vulnerables a un número creciente de riesgos. Los consumidores quieren más productos personalizados y mayor variedad, con lo cual, está aumentando la cartera de productos. Por ello, los fabricantes mundiales están empezando a darse cuenta de la importancia de crear productos hechos a la medida de los consumidores, pues, entre más cerca de la demanda del mercado, es más inteligente y puede ser más rentable.
Los grandes cambios macroeconómicos también están transformando los mercados mundiales. El costo de fabricación sigue siendo importante, pero la agilidad y la rapidez de comercialización son cada vez más importantes para la competitividad. Las empresas que no se adaptan a los rápidos cambios en la demanda del mercado corren el riesgo de crear productos equivocados.