¿Cómo sería el pasado visto desde el futuro?

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El pasado visto desde el futuro

POR ESTEBAN ECHAVARRÍA / Partner en Costa Rica / Great Place to Work® México

 

¿Cómo nos recordará la generación de nuestros tataranietos?, ¿Seremos “los héroes” que supimos unirnos y superar esta guerra mundial contra un enemigo invisible?, o, por el contrario, ¿nos verán como “los villanos” que por nuestros miedos y egoísmos no pudimos hacer los cambios necesarios?

 

De cierto es que hoy la solución no se ve simple y se requerirá de transformaciones drásticas y la cooperación de todos para avanzar. Es así como, después de cuatro meses de confinamiento, veo algunos movimientos significativos en nuestra nueva rutina:

 

1- Disminución del Consumo: En nuestro hogar, mi esposa e hijos, hemos disminuido el consumo de combustibles, ropa, y artículos desechables. Compramos sólo lo más importante para la vida: alimentos y productos de limpieza. Si esto es generalizado y continúa por varios meses, el mundo deberá adaptarse a una velocidad de consumo más lenta. La naturaleza podrá aumentar su capacidad de recuperación y quizá alcanzar el equilibrio perdido durante el siglo pasado.

2- Más importancia al hábitat local: Me refiero a mejoras en el hogar. En mi casa hemos ordenado el desván, la cocina, las habitaciones, etc. Estamos regalando cosas que teníamos guardadas y no utilizamos. Cocinamos más sano, hacemos ejercicio, meditamos, etc. El encierro nos ha hecho interesarnos más por nosotros mismos y por el entorno en que vivimos.

3- Desarrollo de las tecnologías de comunicación remota: El confinamiento mundial no hubiera sido posible sin la tecnología y si las personas en el mundo no se hubieran adaptado tan rápido a su uso. Esto ha permitido que millones trabajen de manera remota y en muchos casos de forma más productiva. Aunque es verdad que las clases más desfavorecidas están llevando la parte más difícil (muchos trabajos humildes e informales se han perdido).

4- Regeneración de las familias: Los más afortunados han podido arreglárselas para que cada miembro de la familia atienda sus requerimientos de vida independiente, han multiplicado los espacios de tiempo de calidad entre todos. Otros, por el contrario, han vivido un infierno. Los espacios reducidos o las malas relaciones personales han convertido la convivencia en una bomba. A pesar de todo, confío en que aprenderemos mucho de esta experiencia para bien de las futuras generaciones.

5- Entendimiento de la interrelación entre todos los sistemas de la vida con el universo: Alcanzar este momento de mayor consciencia nos llevará algunos años más, pero definitivamente el COVID-19 está acelerando esta comprensión universal. La cantidad de información que recibimos de fuentes distintas está ocurriendo a una velocidad exponencial. Probablemente las nuevas generaciones están listas para recibirla y hacer los cambios sociales, económicos, ambientales, políticos, morales y espirituales necesarios para transformar el mundo en un sitio amable, sostenible y solidario.

Si esto llegara a darse, como muy probablemente ocurra, nuestros tataranietos estudiarán en sus lecciones de historia estos años de la pandemia del Coronavirus como un nuevo renacimiento de la humanidad. Un hecho que nos impulsó a sacar lo mejor de nosotros mismos para superar el desafío y dar un salto para una nueva era de armonía respetuosa con la naturaleza y de una nueva comprensión de nuestra unidad universal. El comienzo inicia porque cada uno de nosotros desarrolle la capacidad de imaginar un futuro mejor

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