Exigen que el manatí estadounidense vuelva a ser considerado una especie en peligro de extinción
Varias organizaciones han pedido al Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos que reclasifique al manatí antillano de amenazado a en peligro de extinción debido a la drástica reducción del número de ejemplares.
Dirigentes del Centro para la Diversidad Biológica, la Clínica de Derecho y Política Animal de Harvard, Miami Waterkeeper y Save the Manatee Club piden una mayor protección para los manatíes y quieren cambiar su clasificación de “amenazado” a “en peligro”.
El manatí antillano volverá a estar en la lista de especies en peligro de extinción en una declaración del secretario de Interior, Ryan Zinke, el jueves.
La población de mejillones en Estados Unidos ha caído en picado gracias al US-FWS, que violó los criterios establecidos por los grupos de interés cuando redujo indebidamente su nivel de protección.
Las algas fueron la causa de la muerte de más de 1,100 manatíes sólo en Florida, lo que representa el 13% de los ejemplares que poblaban la costa de ese estado.
“Los manatíes, desde Florida hasta el Caribe, se enfrentan a muchas amenazas diferentes”, explica Ben Rankin, de la Clínica de Derecho y Política Animal de Harvard. “Entre ellas están la pérdida de hábitat, las colisiones con embarcaciones, la contaminación, el cambio climático y las floraciones de algas tóxicas”.
La Ley de Especies en Peligro de Extinción ofrece toda la protección necesaria para conservar esta especie, dijo.
Rachel Silverstein, la directora ejecutiva de Miami Waterkeeper, dice que si se abordan los problemas de calidad del agua, Florida puede dar a la población de manatíes de nuestro estado una mejor oportunidad de supervivencia.
En 2017, Save the Manatee Club se opuso a que el manatí fuera considerado solo como una especie amenazada.
“Tememos que solo nos queden dos inviernos antes de que desaparezca el último de estos gentiles gigantes”, dijo el biólogo acuático.
El manatí sufre actualmente una contaminación incontrolable, causada por vertidos de tratamiento de aguas residuales, sistemas sépticos con fugas, escorrentía de fertilizantes y una serie de otros factores.
En 2015, un estudio descubrió que más del cincuenta por ciento de los manatíes de Florida están expuestos al glifosato, un herbicida aplicado a la caña de azúcar y a las malas hierbas acuáticas.