Alimentar bacterias con algas marinas: un gran avance en la producción de plástico compostable

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Algas

En un esfuerzo pionero para combatir la contaminación plástica y la transición a materiales más sostenibles, un equipo dirigido por el ingeniero de bioprocesos Jesús E. Rodríguez está revolucionando la producción de plástico. Con sede en Watermans Bay, Australia, el equipo de Rodríguez en ULUU está aprovechando el poder de las algas marinas y los microbios del agua salada para crear plásticos biodegradables que tienen el potencial de reemplazar por completo a los polímeros sintéticos.

En el corazón de esta innovación se encuentra un proceso simple pero ingenioso. Las algas marinas, que sirven como una fuente renovable y fácilmente disponible, actúan como un proveedor de carbono para la fermentación. Similar a la elaboración de cerveza, el proceso de fermentación genera polihidroxialcanoatos (PHA), polímeros naturales producidos por microbios de agua salada. A diferencia de los plásticos sintéticos tradicionales, estos PHA son biodegradables, incluso en condiciones ambientales adversas como las profundidades del océano. Sorprendentemente, también se descomponen en los desechos domésticos y se convierten en abono por sí mismos.

En el laboratorio de Rodríguez en ULUU, se introduce una solución de agua de mar en una colonia bacteriana, lo que desencadena una reacción que libera PHA en la solución. Este avance tiene implicaciones significativas para múltiples industrias, que van desde el embalaje y la papelería hasta los textiles. Los bioplásticos de ULUU se están sometiendo a pruebas para aplicaciones como botones, contenedores y ahora textiles.

Lo que distingue el enfoque de ULUU es el uso de algas marinas, una fuente de carbono económica y de rápido crecimiento que elimina las preocupaciones sobre el desvío de recursos alimentarios vitales. La producción tradicional de PHA a menudo depende de la glucosa de cultivos como el maíz o la caña de azúcar, lo que contribuye a las preocupaciones sobre la competencia por los recursos.

El viaje de Rodríguez a esta innovación es un testimonio de su dedicación. Realizó estudios de ingeniería agroindustrial en Venezuela antes de embarcarse en una carrera de investigación enfocada en fuentes de energía renovable y producción microbiana de PHA. Después de completar su investigación posdoctoral en Italia, se unió al equipo de ULUU en Australia, donde su misión es transformar la industria del plástico.

El equipo diverso de ULUU de 16 personas, provenientes de diferentes rincones del mundo, comparte una visión común: un futuro en el que los plásticos se originen a partir de procesos naturales, no de fábricas químicas. A medida que el equipo continúa refinando y ampliando sus soluciones de plástico compostable, están contribuyendo a un mundo más limpio y sostenible, un polímero biodegradable a la vez.

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