Purina y Cargill se asocian para promover la agricultura regenerativa en las cadenas de suministro de alimentos para mascotas
Purina, propiedad de Nestlé, y el gigante agrícola Cargill han presentado un esfuerzo de colaboración para infundir prácticas de agricultura regenerativa en las cadenas de suministro de maíz y soja utilizadas en los productos de alimentos secos para mascotas de Purina en toda América del Norte. Esta asociación estratégica tiene como objetivo disminuir significativamente la huella de carbono asociada con estas cadenas de suministro.
El proyecto apoyará a los agricultores del Medio Oeste en la adopción de técnicas agrícolas sostenibles en más de 200.000 acres. Al hacer la transición a la agricultura regenerativa, Purina espera reducir las emisiones de carbono de su suministro de granos de Cargill hasta en un 40% en los próximos tres años.
John Foster, líder mundial de la categoría de cereales y granos de Nestlé, enfatizó el compromiso con la calidad y la responsabilidad: “Purina se dedica a producir alimentos para mascotas de alta calidad a partir de ingredientes de origen responsable. Apoyar el cambio hacia prácticas agrícolas sostenibles que prioricen la salud del suelo es una parte clave de este compromiso”.
La iniciativa implica un amplio apoyo de los agricultores para la adopción de prácticas como cultivos de cobertura, labranza mínima, rotación de cultivos, gestión de nutrientes y control de la erosión del suelo. Este apoyo abarca varios estados del Medio Oeste, lo que refleja el enfoque integral de Purina para mejorar la sostenibilidad agrícola.
Stewart Derechin, vicepresidente de líder global de socios de Cargill, destacó el impacto más amplio de la industria: “Estamos sentando un precedente para la normalización de la agricultura regenerativa dentro de la industria. Nuestra asociación con Nestlé Purina no sólo ayuda a los agricultores en la producción sostenible de alimentos, sino que también refuerza la productividad y la resiliencia de sus granjas”.
Cargill se ha fijado el ambicioso objetivo de extender la agricultura regenerativa a más de 10 millones de acres de tierras agrícolas de América del Norte para 2030. Este esfuerzo es parte de una estrategia más amplia para reducir la huella de carbono del sector agrícola estadounidense y fortalecer el sistema alimentario contra la variabilidad climática.
Desde 2020, Cargill ha promovido la agricultura sostenible en 880.000 acres en América del Norte. Estas iniciativas están diseñadas para satisfacer a los agricultores en su etapa operativa actual, brindándoles las herramientas y recursos necesarios para la transición hacia prácticas agrícolas que sean capaces de secuestrar emisiones de carbono y al mismo tiempo mejorar la calidad y conservación del agua.
En línea con estos esfuerzos, Cargill se comprometió a mejorar la gestión del agua en todas sus operaciones y en cuencas hidrográficas cruciales en su cadena de suministro. El objetivo es restaurar 600 mil millones de litros de agua en una década, lo que subraya el enfoque holístico de la empresa en materia de gestión ambiental.
Sin embargo, la adopción de la agricultura regenerativa enfrenta obstáculos importantes, principalmente debido a la falta de recursos y financiación inicial para que los agricultores realicen la transición. Un estudio de McKinsey & Company reveló una conciencia generalizada pero una aplicación limitada de estas prácticas sostenibles entre los agricultores estadounidenses, siendo las limitaciones financieras una barrera importante. La encuesta de McKinsey de 2024 a casi 500 agricultores indicó un alto nivel de comprensión, pero una brecha en la implementación: el 90 % de los encuestados reconocieron los beneficios, pero muchos se desanimaron por los costos.