Priorizar políticas de seguridad y salud en el trabajo post COVID-19: CEPAL y OIT

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Es fundamental priorizar las políticas de seguridad y salud en el trabajo para que la reactivación productiva y del empleo tras la crisis por COVID-19) sea segura y saludable.

Esto requerirá una gestión participativa de empleadores y trabajadores para el cimiento de las políticas de retorno, aseguraron la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en una nueva publicación conjunta.

El informe Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. El trabajo en tiempos de pandemia: desafíos frente a la enfermedad por coronavirus (COVID-19) se presentó en una conferencia de prensa virtual encabezada por la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, y  el Director Regional de la OIT, Vinícius Pinheiro.

 

Proteger el empleo y proteger al sector productivo

La implementación de las políticas para la reactivación requerirá de un fuerte componente de formación y educación en seguridad y salud para los actores del mundo del trabajo.

Para ello, son necesarios recursos institucionales y presupuestarios que garanticen buenas prácticas como la puesta en marcha de un protocolo que incluya inducción al personal, adopción de horarios de entrada y salida desfasados, rutinas de desinfección y sistema de lavado de manos, uso obligatorio de mascarillas, y un protocolo en caso de que algún trabajador presente síntomas.

Asimismo, agrega que de prolongarse la crisis por más tiempo, será necesario una nueva ronda de medidas, orientadas tanto a proteger empleo e ingresos de trabajadores y limitar impacto en las empresas.

 

Las políticas para la recuperación deben apuntar no solo a una ‘nueva normalidad’ similar a la anterior, sino a una ‘normalidad mejor’ con mayor formalidad, equidad y diálogo social”, indicaron Bárcena y Pinheiro.

 

También, advirtieron que las mujeres trabajadoras son las más vulnerables y sectores intensivos en mano de obra como el turismo, comercio, manufactura, inmobiliaria y entretenimiento han sido altamente afectados.

 

Afectaciones de la crisis en cifras

Además, las Micro y Pequeñas Empresas concentran 46,6% del total del empleo en la región y tienen alto riesgo de experimentar quiebras.

Antes de la pandemia América Latina y el Caribe mostraba bajo crecimiento y en el 2020 se espera la peor contracción económica desde 1930, con una caída en el Producto Interno Bruto (PIB) regional estimada de -5,3%, lo que tendrá efectos negativos sobre el mercado de trabajo.

Se proyecta un aumento de la tasa de desocupación de al menos 3,4 puntos porcentuales, hasta alcanzar un 11,5%, lo que equivale a más de 11,5 millones de nuevos desempleados. De profundizarse la contracción económica la tasa de desocupación será mayor.

Esta situación afectará negativamente la dinámica de la pobreza y la desigualdad y el logro de los compromisos de la Agenda 2030, agregan los organismos de la ONU.

La CEPAL estima que para el 2020 la tasa de pobreza aumentaría hasta 4,4 puntos porcentuales y la pobreza extrema 2,6 puntos porcentuales con respecto a 2019.

Esto implica que la pobreza alcanzaría entonces a 34,7% de la población latinoamericana (214,7 millones de personas) y la pobreza extrema a 13% (83,4 millones de personas).

También, se espera un aumento de la desigualdad en todos los países de la región, con incrementos del índice de Gini de entre el 0,5% y el 6,0%.

En este ámbito, el objetivo estratégico de largo plazo es la implementación gradual de un ingreso básico universal, sustentado por mecanismos sostenibles e innovadores de financiamiento.

El informe reitera que es necesario repensar el modelo de desarrollo y consolidar las dimensiones económicas, sociales y ambientales del desarrollo sostenible.

 

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